Petrus Gonsalus, una muestra que nos adentra en la vida de Pedro González y su familia. Natural de Tenerife, este descendiente de un mencey guanche fue célebre en el siglo XVI por la apariencia que le confería su enfermedad, la Hipertrichosis universalis congenita, pues su cara y su cuerpo estaban cubiertos por un vello largo, dándole el aspecto de un animal. De hecho, en la documentación de la época que se conserva, a Pedro González se le menciona como don Pietro Gonzales Selvaggio, es decir, como Don Pedro González Salvaje. Como descendiente de mencey le correspondía el título de don y, de hecho, Pedro González tenía incluso un sirviente asignado. Sin embargo, el atributo “salvaje” entra en contradicción con su rango social, pero es perfectamente comprensible si tenemos presente que el mito del salvaje, fruto de la imaginación medieval, se adaptó a una tradición iconográfica muy bien conocida en aquella época y por la que el salvaje era representado como un ser cubierto de pelo, en donde hombre y animal coincidían y se confundían.
Desde el punto de vista expositivo, en la muestra se ofrecen reproducciones de los retratos que se conservan de Pedro Gonzáles y su familia, y se hace además un breve recorrido por los lugares en que transcurrió la vida del salvaje gentilhombre: Tenerife; París y la corte francesa de Enrique II; y Parma, Roma y la corte de los Farnesio, lugares estos últimos en donde el hombre velludo y sus hijos, también velludos, eran exhibidos como maravillas de la naturaleza y como personificación del salvaje.
La exposición permanecerá abierta hasta el 6 de julio en la segunda planta del Antiguo Convento de Santo Domingo (La Laguna). Se puede visitar de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas; y los sábados y domingos de 10:00 a 14:00 horas.