Nuestro socio José Farrujia nos remite el siguiente texto en el que los trabajadores de El Museo Canario temen por la continuidad del organismo. Sería triste que esta entidad, creada por Chil y Naranjo y que ha sido un auténtico motor en el conocimiento científico de la Antropología y Prehistoria canarias:
Los trabajadores de El Museo Canario informan:
La Comunidad Autónoma de Canarias acaba de aprobar unos presupuestos para el año 2009 en los que las ayudas a los centros culturales quedan reducidas en un 50%. En el caso de El Museo Canario, a esta medida indiscriminada –que deja en la mitad la ayuda recibida tradicionalmente del Gobierno– se une el importante recorte de la subvención prevista en los presupuestos del Cabildo de Gran Canaria. De ambas subvenciones depende la continuidad de la institución. Los presupuestos de la corporación insular, aunque están aún sin aprobar, anuncian un recorte de más del 26% de sus ya exiguas ayudas a la centenaria entidad, lo cual es inaceptable teniendo en cuenta que el propio Cabildo tiene la responsabilidad legal de velar por ella como cabeza del Patronato por el que se rige. Medidas como ésta pueden suponer para algunos centros culturales un contratiempo en su funcionamiento, pero en el caso de El Museo Canario pueden significar, sencillamente, la quiebra.
El Museo Canario es una institución cultural de primer orden. Fundado en 1879 como sociedad científica, ha logrado a lo largo de estos 130 años conformar la más importante colección arqueológica del archipiélago y ha protagonizado el desarrollo de nuestra arqueología y nuestra prehistoria. Ha creado una colección documental que conserva la mayor parte de lo que se ha escrito en nuestras islas, incluyendo ejemplares únicos que son representativos de nuestra cultura. Y es, por último, un referente ineludible entre los atractivos turísticos de Gran Canaria, principal motor de nuestra economía.
El Museo Canario, a pesar de que no es un centro de titularidad pública, siempre ha sido consciente de la labor social que desempeña, y por ello todos sus fondos patrimoniales están a disposición de cualquier interesado en su consulta, desde los investigadores hasta los meros curiosos. Los trabajadores sabemos que el patrimonio cultural de El Museo Canario es de interés público, pero parece que los responsables políticos de nuestras instituciones no opinan lo mismo, y por ello han mantenido durante años unos presupuestos míseros, culminando ahora con un recorte que va a suponer el fin de ciento treinta años de tenaz compromiso ciudadano.
Los trabajadores de El Museo Canario no vamos a dejar que esto suceda sin hacer un desesperado intento de supervivencia. Por ello, nos presentamos dispuestos a discutir las medidas que sean necesarias para garantizar la permanencia de este insustituible centro, pero al mismo tiempo exigimos a quienes tienen responsabilidad en el desarrollo cultural de las islas que rectifiquen su postura; que tengan en cuenta no sólo la estabilidad laboral de los 19 empleados que firmamos esta carta; no sólo el servicio público que puede dejar de ofrecerse el día que El Museo Canario y su biblioteca cierren sus puertas definitivamente; sino también la propia conservación física de la colección cultural más representativa de nuestra historia.
Al mismo tiempo, pedimos a los ciudadanos del archipiélago, y especialmente a los vecinos de Gran Canaria, que nos apoyen en esta lucha. Que sientan como suyo –como lo han sentido siempre– el patrimonio que El Museo Canario conserva. Que hagan oír su voz de protesta allá donde pueda ser oída. Que se hagan socios de esta institución para demostrar así su compromiso con nuestra verdadera cultura. Que ejerzan, en fin, su derecho a no ser despojados de su pasado y de su futuro.
Los trabajadores de El Museo Canario
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